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La verdad sobre las supersticiones sobre los gatos ¿Los gatos negros dan mala suerte?

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Rafael Antonio Gutiérrez Lerma
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Gato negro ¿un ser diabólico o entrañable?
Gato negro ¿un ser diabólico o entrañable?
  1. ¿De dónde viene la creencia de que los gatos negros dan mala suerte? El origen de los gatos desde su domesticación en Oriente Medio
    1. Los gatos en el Antiguo Egipto
    2. Los gatos en la Antigua Grecia
    3. Los gatos en el Imperio Romano
    4. Los gatos en la Edad Media. Los gatos como animales diabólicos y los gatos negros eran brujas
    5. Los gatos en el Renacimiento. Vuelta a la normalidad
  2. Entonces, ¿por qué se dice que los gatos negros dan mala suerte?
    1. La leyenda de la bruja herida
    2. La leyenda de la bruja en la casa
  3. El final de las supersticiones sobre los gatos negros

¿De dónde viene la creencia de que los gatos negros dan mala suerte? El origen de los gatos desde su domesticación en Oriente Medio

Los gatos son animales enigmáticos y asombrosos. La gente que tiene gatos sabe lo especiales y carismáticos que son.

Los gatos no siempre han tenido mala fama ya que en el pasado se les admiraba y se les consideraban protectores.

El gato llegó a la vida de los humanos hace 10.000 años. Es decir, su "domesticación" empezó hace 10.000 años (entre comillas porque los gatos nunca se domestican, siempre mantienen su espíritu independiente y conectado con la naturaleza) en Oriente Medio, en la región llamada "Media Luna Fértil", lo que ahora es Turquía, Israel y Siria.

La media Luna fértil, Turquía, Irael y Siria
La Media Luna Fértil, territorio entre las actuales Turquía, Israel y Siria, donde se empezó la domesticación del gato

En esa época, los seres humanos comenzaron a asentarse en poblaciones y empezaron a cultivar y almacenar alimentos, sobre todo cereales. Los almacenes de grano atraían ratones, pájaros y otros pequeños vertebrados e invertebrados que atrajeron a los gatos salvajes, porque en esos almacenes había muchos animales para cazar. Esto creó una relación casi simbiótica entre humanos y gatos: los humanos salvaban sus cereales (y alejaban la peste transmitida por las ratas) y los gatos conseguían caza abundante y fácil. Así es como los gatos llegaron a nuestros hogares.

Los gatos en el Antiguo Egipto

En el Antiguo Egipto eran considerados animales sagrados, eran momificados y recibían sepultura. Esto se debía a que la diosa egipcia Sekhmet era una mujer con cabeza de león y los gatos estaban emparentados con ella. La diosa Bastet, protectora de los hogares y templos, representante del amor y la armonía, se representaba como una mujer con cabeza de gata.

Para llegar a imaginar la importancia de los gatos en Egipto, hay que decir que solo los faraones podían tener gatos. Además, la ley egipcia prohibía su venta y matar un gato conllevaba pena de muerte.

Las diosas egipcias Sekhmet y Bastet
Las diosas egipcias Sekhmet y Bastet, representadas como mujeres con cabeza de león y de gata respectivamente

Los gatos en la Antigua Grecia

Más tarde, en la Antigua Grecia, los gatos eran animales de compañía, considerados un juguete de la familia, un regalo caro traído desde Egipto para las niñas y las mujeres jóvenes, debido a su cuerpo estilizado y carácter refinado y limpio (para los griegos, los perros eran la mascota más popular). Como curiosidades, según las leyendas de la época, los egipcios no querían comerciar con gatos ya que eran animales sagrados, por lo que los griegos robaron algunos para llevarlos a Grecia. De esta forma, los gatos llegaron a Europa y se expandieron por todo el continente.

Los griegos mantenían a las comadrejas, mofetas y garduñas como animales para alejar a los animales silvestres y proteger sus cosechas, y poco a poco fueron aceptando a los gatos. Pero, aun así, la mascota principal de las familias eran los perros.

Grabado en piedra de la vida cotidiana de la Antigua Grecia, dos hombres con un gato
Los griegos trajeron los gatos a Europa como regalos y juguetes para sus mujeres e hijas

Los gatos en el Imperio Romano

En la Antigua Roma, los perros seguían siendo la mascota más habitual, para la protección de la casa.

En el año 30 aC, Roma conquistó Egipto. Los romanos adaptaron la diosa egipcia Bastet, a la que pasaron a llamar Isis, una de las más poderosas y conocidas incluso en la actualidad, que reforzó el culto a los gatos y estas mascotas se convirtieron en una representación de la victoria.

En el siglo I de nuestra era los gatos comenzaron a hacerse populares en los hogares romanos. Pero, no solo en los hogares ya que el ejército romano llevaba gatos con ellos para evitar plagas de ratones en los campamentos y cuarteles militares, además de para entretener a los soldados.

En el Imperio Romano los gatos seguían siendo considerados animales muy importantes, casi sagrados, compañeros en la vida y en la muerte. Incluso había personas con nombres que derivaban de la palabra gato: Felicla, Cattus, Cattulus etcétera, entre otras curiosidades

Mosaico romano de un gato cazando
Para los romanos, los gatos eran más importantes que para los griegos y vivían con las familias en las casas y en cuarteles y campamentos con los soldados. Mosaico romano de un gato cazando aves, perdices y patos

Los gatos en la Edad Media. Los gatos como animales diabólicos y gatos negros eran brujas

En este periodo es cuando cambia la mentalidad sobre los gatos.

Después de siglos en los que los gatos se habían considerado animales muy importantes o sagrados, pasaron a ser animales "malditos".

Por un lado, mucha gente apreciaba a los gatos porque mantenían a los ratones, ratas y pájaros lejos de las cosechas y de los almacenes de cereales. Pero, por otro lado, comenzó una tendencia a creer que los gatos eran animales diabólicos.

¿Por qué se consideraba al gato como un animal diabólico?

Como en todo, hay muchos factores distintos. Se popularizó la imagen del gato como animal cruel, que disfruta del dolor ajeno por la forma en que "juega" con su víctima antes de matarla. Esto hizo que se asociase con el diablo, que juega con el pecador antes de llevarse su Alma.

Otro factor que se interpretó como algo negativo fue el carácter independiente de los gatos. Según la interpretación Medieval del Génesis, se decía que los animales fueron creados para servir a los humanos y, debido a esta independencia de los gatos, que no obedecen como un perro, oveja, burro etcétera, se les consideró amigos del diablo, ya que no querían cumplir su función para la que fueron creados.

Fue el Papa Gregorio IX quien, en el año 1233, promulgó el decreto Vox in Rama en el que describía los rituales paganos y satánicos donde se veneraba una figura mitad hombre mitad gato, y pedía colaboración para acabar con estos rituales. En este decreto, Gregorio IX no decía nada en contra de los gatos. Se limitaba a condenar los rituales donde idolatraban esa figura con forma felina.

Lamentablemente, la gente lo interpretó como que los gatos eran animales paganos, satánicos y relacionados con las brujas, sobre todo los gatos negros que se creía que eran brujas transformadas en gato, por eso los gatos negros empezaron a tener tan mala fama. Esto llevó a la tragedia que vivieron todos los gatos de Europa en la Edad Media, sobre todo en los siglos XIII y XIV. Fueron prácticamente exterminados en todo el continente, de formas injustificablemente crueles, como quemados en hogueras.

Aquí actuó el karma. Al exterminar a los gatos de Europa, la población de ratas aumentó mucho y muy rápidamente. Las ratas pueden tener pulgas de la peste (Xenopsylla cheopis), que son los vectores de la bacteria de la peste (Yersinia pestis). Así se produjo la gran epidemia de peste bubónica que arrasó Europa en el siglo XIV, matando el 30-60% de la población total europea.

En Asia, donde no se exterminó a los gatos, la peste tuvo un impacto mucho menor.

Grabado medieval con un gato dibujado
En la Edad Media los gatos estaban mal considerados y perseguidos por culpa de supersticiones, por lo que se redujo la población de gatos en Europa y eso llevó a enfermedades y epidemias infectadas por ratas y otros pequeños animales

Los gatos en el Renacimiento. Vuelta a la normalidad

Afortunadamente, en el Renacimiento los gatos fueron recuperando la normalidad y dejaron de ser considerados animales del diablo y dejaron de creer que los gatos negros eran brujas transformadas.

Este período histórico se caracterizó por un renovado interés por el conocimiento, el arte y la exploración, lo que también influenció la forma en que la sociedad percibía a los gatos.

En el Renacimiento, la sabiduría y la curiosidad fueron valores altamente valorados, y los gatos comenzaron a ser vistos como criaturas que encarnaban estas cualidades. Las creencias supersticiosas y las ideas medievales empezaron a ser desafiadas por una mentalidad más abierta y científica. Los artistas renacentistas a menudo representaban a los gatos en sus obras, lo que ayudó a cambiar su imagen pública.

Además, los gatos demostraron ser aliados efectivos en el control de plagas, especialmente de roedores, que eran portadores de enfermedades y habían devastado Europa en la Edad Media. A medida que las ciudades crecían y las condiciones sanitarias mejoraban, la sociedad comenzó a reconocer el valor de los gatos en la protección de la salud pública.

Hay que destacar al Cardenal Richelieu, el Cardenal que aparece en "Los tres mosqueteros", que en el siglo XVII vivía rodeado de gatos porque le encantaban, además de que estas mascotas recuperaron su lugar en las Cortes de reyes y aristócratas de toda Europa.

Cuadro del Cardenal Richelieu rodeado de sus gatos, pintado por Delort
En el Renacimiento, se acabaron las supersticiones y los gatos volvieron a ser considerados animales normales y mascotas. El Cardenal Richelieu vivía rodeado de todos sus gatos (cuadro La distracción de Richelieu de Charles Édouard Delort, 1885)

Entonces, ¿por qué se dice que los gatos negros dan mala suerte?

En la Edad Media, aquella época oscura y dramática para los gatos, una de las creencias populares era que las brujas se convertían en gatos negros y, por eso, los gatos negros estaban vistos como animales malditos y era mejor no cruzarse con ellos porque podían echar una maldición.

Existen algunas leyendas sobre gatos negros para explicar esta creencia.

La leyenda de la bruja herida

Una leyenda dice que unos hombres se cruzaron con un gato negro. Los hombres pensaron que era una bruja transformada en gato negro y persiguieron al gato tirándole piedras, hasta llegar a un lugar muy peligroso donde no pudieron seguir persiguiéndolo y lo perdieron de vista. Al día siguiente, una mujer apareció herida (probablemente por recibir los golpes de algunas de las pedradas) y se creyó que aquel gato negro la había maltratado. Esta leyenda juega con la noción de supersticiones y cómo los acontecimientos pueden ser interpretados de manera errónea, dando pie a la creencia en seres malignos y mágicos.

La leyenda de la bruja en la casa

En esta leyenda, un grupo de hombres se encontraron con un gato negro y comenzaron perseguirlo creyendo que era una bruja. El gato corrió hacia una casa a la que saltó y se refugió, desapareciendo misteriosamente. En esa casa vivía una mujer. Se creyó que la mujer era el gato de antes, que había huido a su propia casa para protegerse de esos hombres y se había vuelto a transformar en su forma humana, es decir, ¡la mujer era una bruja!

El final de las supersticiones sobre los gatos negros

Esta es una breve historia sobre las supersticiones que existían y existen con los gatos y los gatos negros. Al principio de los tiempos eran animales sagrados hasta que, en la Edad Media, todo esto cambió para ser considerados animales diabólicos y brujas transformadas.

Afortunadamente, en el Renacimiento los gatos volvieron a ser tratados como animales de compañía, apreciados por alejar a los ratones, ratas y pájaros de los campos y almacenes de comida, y apreciados por su carisma y por esa elegancia tan especial que tienen en sus gestos y movimientos.

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